Cadenas, mediocres cadenas.
Las cadenas de la mediocridad vagan a sus anchas por el deseo de algunos que, aunque únicos, no saben que lo son, y anclan sus pies a un suelo nauseabundo e inconstante. No quieras tejer en el rebaño las escusas de tu fracaso. El sonido de tu desdicha se dibuja entre guiños en la pared en la red que tan solo te arropa en la que tu solo te empeñas. Cientos de semblantes, largos y astutos, pendientes de pusilánimes palabras obviedades de poco mérito de un tránsito a la maldad, ¡a ver si despiertas! Cadenas mediocres, cadenas de mentiras de sociedad con tufo siniestro cadenas de maestro herrero del infierno cadenas sin eslabones cadenas y condones de la mente del alma del corazón de la semana Cadenas, mediocres cadenas.