La Luna de Tartessos

Me ofendo. No tengo humor para pasacalles ni chistes ni chismes. No tiene gracia alguna la irreverencia de tus desplantes y tus ocurrencias. Me ofendo. Me enfado Y me cabreo... Que se ríen de mi tierra, de mi gente de mi colores me ofendo. Que menosprecian con sorna mi sexo mis gustos y mis desvelos me ofendo. Si tanta gracia hace mi acento mi idioma y mis versos me ofendo. Las banderas los colores y las fronteras Y nada más queda que muera el humor que me ofendo. Ni raza ni credo ni condición, se nos han acabado los colores; ni blanco ni negro ni amarillo ni rosa ni verdes ¡por dios! tendremos que vivir sin colores maldita estúpida sociedad si no os reís de vuestra propia esencia morid de tristeza... Bailaré a carcajadas (de tristeza) sobre vuestra tumba. Saben aquel que diu... ¿es el enemigo?

Vamos a bailar sin importarnos nada más un pie y otro pie las caderas a cada golpe con ritmo sensual los brazos entrelazados girando la cabeza y los labios apretados rozándonos la piel y girar y girar y volver a girar y bailar y bailar y no parar. Vamos a bailar con la mirada a solas, con todos o con nadie y brillar y sudar, salada, más salada tu piel mano a mano, y cambiar y perderte en otras caderas y volver para gozar y girar y girar y volver a girar y bailar y bailar y no parar. Suene como suene, qué más da; Let's swing on va danser uno dos o tres o todos a la vez.

Siempre fluyendo, como la luz de cada una de las fotografías, en continuo movimiento, aunque tu no lo veas. Siempre hubo ateos de corazón, agnósticos del sonido que escuchan aunque perciban golpes en el pecho, uno tras otro, acompasados a su vida. Aquí me tienes soñando, una vez más, un mundo mejor para ti para mi donde a la luz no le falte ningún color. Y sigue fluyendo, como miles de frecuencias codificadas en imágenes de televisión, aunque tu no la veas. Siempre hubo quienes negaron lo evidente, beatos de la infamia aunque escupieran a su propia iglesia, una y otra vez, a cada pecado de su vida. Y sigue vivo y fluye y se expande y no tiene límite Cuando la imaginación desborda y supera todo lo aprendido. Aquí me tienes soñando, una vez más, un mundo mejor para ti para mi donde a la luz no le falte ningún color.

Mientras miraba por el retrovisor una hoja de arce cayó en mi visera por un momento no vi mi camino. Arriesgué mi vida entonces y me quité el casco y pude sentir el viento en mi pelo conseguí respirar aire puro y aclarar cada idea. Sí, te echo de menos, pero en esta autovía tengo en un arcén el infierno y en el otro el cielo y disfruto parando ambos lados y tú, al parecer, sencillamente todo lo has ignorado. Decidiste volar alto lejos mientras yo me perdí por caminos de tierra. Pero ya qué mas da. Ahora tengo la gloria un motor que ruge y de copiloto la esperanza. Mientras miro por el retrovisor sonrío recordando buenos momentos, de noche miro al cielo hablo con ella y a él le pido por tu regreso.

A veces se siente frío a pesar de estar en primavera con una cálida temperatura incluso con una sonrisa sincera. Quizás la añoranza te alcanza cuando menos lo esperas quizás sean las anclas quizás sea todo una quimera. A veces echas de menos la nieve, la lluvia y el viento con una mueca incluso anhelas seguir siendo un recluso. Quizás sigas siéndolo y no te das cuenta quizás solo ha cambiado tu carcelero quizás solo sea el dolor. Y siempre que seas tú mismo sabrás quién fuiste, quién querrás. Echar de menos no es más que reconocer cada rasguño y cicatriz cada mirada y palabra cada uno de los te amo Vivir.

Soy tu amante, no siempre fiel amante. Tu vecino de alcoba, aquel que te despierta cada mañana. Soy tu amigo, de esta misma calle. Soy tu compañero de viaje. Estoy empadronado en tu ciudad. Canto contigo en el campo, en el bar, mientras nos tomamos algo. Tenemos las mismas fiestas, hasta comemos del mismo plato. No soy lo que ves. No soy lo que oyes. No quiero tontas luchas de banderas, amo de menos a más. ¿Por qué tendría que volver atrás? Si vemos la vida de colores, si me faltara tan solo uno, qué tristeza. Soy tu amante, no siempre fiel amante. pero te amo sin enmiendas, a veces, me alimento de la variedad del mar, recorro todos los muelles, y hago cambios cromáticos. Quiero pintar las avenidas con todas las voces y sacar la lengua. Mejor sería besar sin parar a propios y extraños. Soy más de lo que ves. Soy lo que sientes, que no te engañe solo uno de tus sentidos.