Intentando encajar.
"Comparte esto si amas a los ornitorrincos""Dale a me gusta o no tienes plumas en tus alas""Si deseas que el cáncer no existiera como entidad independiente..."
Me alivia el hecho que hay quién busque remedio. Pacifica mi perturbada mente el hecho, sin más hipérboles, que haya quién tenga irremediablemente la necesidad de sentirse parte de algo. Pues si no fuese así llegaría a la conclusión que el ser humano es idiota. Una amalgama de órganos pluricelulares compartiendo un destino sin otra meta que morir tarde y viejo.
Alienación. El resultado de un proceso por el cual me siento y quiero sentirme, cada vez más, fuera de todo y de todos, más allá del amor. No conozco ya más reino que la playa, la orilla de mi océano.
No hay destino posible que el que cada uno se forja, por supuesto, adornado con las interacciones producidas por la vida en sociedad. Esos son los únicos cordones, las únicas cintas débiles del destino.
Unas se hacen añicos al más mínimo contacto, otras son fuertes y su grosor aumenta con el paso del tiempo, o más bien debería decir con el paso de los acontecimientos, otros resisten sin más pena que gloria.
Son aquellos que se deshilachan, se recomponen, se pierden, se anudan, se rompen y se vuelven a unir, aquellos cuyos hilos siempre buscan, eso son los que me fascinan.
Me centro en escudriñar gritos al viento y me aburro. Todos intentar encajar. Aunque a veces, solo a veces, surge de la nada un hilo de voz, unas palabras con ritmo, como una melodía que para mi corazón, mi respiración y el tiempo mismo. Por eso, solo por eso merece la pena...
Después de tantos años me he dado cuenta que realmente nunca quise encajar más allá del sentido animal que corre por mis vena como fuego perpetuo.
Por lo demás que las olas se lleven mi rostro.
Me alivia el hecho que hay quién busque remedio. Pacifica mi perturbada mente el hecho, sin más hipérboles, que haya quién tenga irremediablemente la necesidad de sentirse parte de algo. Pues si no fuese así llegaría a la conclusión que el ser humano es idiota. Una amalgama de órganos pluricelulares compartiendo un destino sin otra meta que morir tarde y viejo.
Alienación. El resultado de un proceso por el cual me siento y quiero sentirme, cada vez más, fuera de todo y de todos, más allá del amor. No conozco ya más reino que la playa, la orilla de mi océano.
No hay destino posible que el que cada uno se forja, por supuesto, adornado con las interacciones producidas por la vida en sociedad. Esos son los únicos cordones, las únicas cintas débiles del destino.
Unas se hacen añicos al más mínimo contacto, otras son fuertes y su grosor aumenta con el paso del tiempo, o más bien debería decir con el paso de los acontecimientos, otros resisten sin más pena que gloria.
Son aquellos que se deshilachan, se recomponen, se pierden, se anudan, se rompen y se vuelven a unir, aquellos cuyos hilos siempre buscan, eso son los que me fascinan.
Me centro en escudriñar gritos al viento y me aburro. Todos intentar encajar. Aunque a veces, solo a veces, surge de la nada un hilo de voz, unas palabras con ritmo, como una melodía que para mi corazón, mi respiración y el tiempo mismo. Por eso, solo por eso merece la pena...
Después de tantos años me he dado cuenta que realmente nunca quise encajar más allá del sentido animal que corre por mis vena como fuego perpetuo.
Por lo demás que las olas se lleven mi rostro.
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FQQ - Pirata, El Tuerto de Santa María |
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