La Luna de Tartessos

 Tentado de llamar, De gritar al viento O morir en el intento. Tentado de escapar, De huir de la pena O romper las cadenas. Tentado de amar, De sentir siempre O matar lo que quede. La tentación me puede, Me vacía y me llena Me da alegrías y penas La tentación no me da tregua, Siempre voy con el alma descubierta. Maldita sea, Pues cuando menos se la espera Siempre me lleva A esta soledad inmensa. Y solo tengo culpa Solo mis oídos se enredan Solo mis ojos se nublan Mi cuerpo la busca Mientras mi corazón, después, se quiebra. ¿Quién soy yo para prenderla? No puedo vivir con ella No soy nadie sin ella. La tentación vive en mi mente Y sube y baja Y hace lo que quiere. Y aunque no quiero esta vida, Tendré que joderme.

 Antes, cuando no había quietud No había momentos de calma Ni rincones sin almas, Y los sonidos eran un alud. Ésta era la Casa del Pueblo De puertas abiertas De mesa puesta Donde no se pedía dinero. Y ahora, dónde estáis que no os veo Ni escucho Ni siento Ni hay un mísero aliento. Ahora, estás puertas se han cerrado Se marchitan, se oxidan Se derriban sus cimientos. Y ya ni rastro ha quedado. Y dónde antes era todo ruido, La soledad todo lo llena Los fogones apagados La casa limpia El alma serena. Mañana, tal vez, me case contigo. porquea nunca te fuiste, De donde antes todo era ruido.

 La menor porción La parte más ínfima, Y sin embargo, la más importante. Indivisible, pensaba yo, Inalienable, no había qué Pudiese cambiarte. Iluso de mi, la vida vuelve, Una y otra vez, a probarme, La lección siempre viene después. Ni teorías ni principios, Ni nada que prever. Nada es eterno Nada que pueda ser. El tiempo es inevitable, Finito, Sin conciencia, moral o sentido. Y no tenemos más Que aquello que decidimos Y no mirar atrás, Sin más oportunidades Sin vidas extras Sin más pesar. Y qué sentido tiene Una vida con fecha de caducidad Si nada dura para siempre. Si hasta el Amor se acaba Si solo seremos recuerdos Qué mundo dejamos A los hijos que criamos... Ahora solo puedo Renegar de mi teoría de cuerdas Pues si estás de rompen Nada merece la pena. Mañana será otro día Mañana cambiaré, Algo que era impensable Que más da si todo arde Nunca llueve eternamente... La unidad no existe Solo el tiempo lo sabe.

 De la noche a la mañana y de la mañana a la tarde y vuelta a la noche. En un instante se fue y no quedó el miedo no quedó el desánimo ni alegría en el cielo. En este trocito del paraíso solo quedó su fragancia ni rastro de mi consciencia eso es lo que quiso. La pasión de querer se ha esfumado y ya no es lo mismo y ahora me maldigo y los besos no se donde se han ido. No me queda más penita que la espina de no saber si estuvo en mi mano evitar que te pudiese perder. Soledad solo queda soledad vacío que no llenan mis tres alegrías cuando despierto y veo tu lado de la cama y no quiero que este dolor se vaya que se clave y desgarre lo que quede que yo seguiré llevando sus flores en el alma. Si alguna vez lees estas letras, desde mi pecho desabrochado, solo espero que la felicidad te invada de saber que mi amor inmortal no se apagará no lo calcinará el infierno que solo he conocido tu cielo, que mi bahía sigue triste desde el día que te dije sí quiero que ahora más que nunca sabe que cu...

 Todo lo que sucede, conviene. Más allá de las palabras vacías Están los hechos incontestables Y las consecuencias que tienen. Estamos hechos de pequeñas decisiones De innumerables miradas De caricias varadas De cuerdas que unen los corazones. Y se romperán las cadenas Y las caricias no tendrán razones Y las miradas serán lascivas sin más pretensiones. Y los hechos, los hechos serán los mismos Y la culpa, una cicatriz que duele Porque sé que ya no me quiere. Todo lo que sucede, conviene. Para que sufrir Si ya no me quiere.