Noches, mañanas y tardes, y vuelta a la noche.
De la noche a la mañana
y de la mañana a la tarde
y vuelta a la noche.
En un instante se fue
y no quedó el miedo
no quedó el desánimo
ni alegría en el cielo.
En este trocito del paraíso
solo quedó su fragancia
ni rastro de mi consciencia
eso es lo que quiso.
La pasión de querer se ha esfumado
y ya no es lo mismo
y ahora me maldigo
y los besos no se donde se han ido.
No me queda más penita
que la espina de no saber
si estuvo en mi mano
evitar que te pudiese perder.
Soledad
solo queda soledad
vacío
que no llenan mis tres alegrías
cuando despierto y veo tu lado de la cama
y no quiero que este dolor se vaya
que se clave y desgarre lo que quede
que yo seguiré llevando sus flores
en el alma.
Si alguna vez lees estas letras,
desde mi pecho desabrochado,
solo espero que la felicidad te invada
de saber que mi amor inmortal
no se apagará
no lo calcinará el infierno
que solo he conocido tu cielo,
que mi bahía sigue triste
desde el día que te dije sí quiero
que ahora más que nunca sabe
que cuando vuelva
ya no habrá más vida
ni canciones
ni más letras.
De la noche a la mañana
y de la mañana a la tarde
y vuelta a la noche.
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