Sin senda, vivo.
Perdido
Como pez en un desierto
Como un ave en una cueva
Como un banquero en una huerta.
Perdido
Como quien perdió el camino
Como el pintor en una oficina
Como el escultor en una piscina
Y ya sin senda,
Vivo.
No me dejes pensar.
No me dejes pensar. Mira mi cuerpo desnudo, mi pecho desabrochado atraviésame y hunde tu afilada sed en mi costado, pero no me dejes pensar. No me dejes, a solas con mis pensamientos con una alforja llena de sentimientos recuerdos inútiles y sonrisas y lágrimas desaforadas y no, no me dejes pensar. No me dejes hablar, mi lengua en tu centro, mi piel, a tu piel, amarrada y a tus caderas, mis manos aferradas Bésame y no me dejes hablar. No me dejes sin tiempo de surcar los cielos, como las palabras al viento, de ver con tus ojos y de sentir lo que siento, no me dejes sin tiempo. Soy, gracias a ti, más yo mi alter ego, mi todo, mi otro yo soy el pirata con el pelo al viento truhan y canalla, bebedor de vino soy el soñador de origen hasta el ocaso soy el demonio caído que viste de ángel caballero de palabra y honor y el tonto bufón soy tu amante, amigo, el perfume que vuelve loco tus sentidos soy quién te devuelve la esperanza de amar pero nunca nunca no No me deje...
Ojala, alguien te muestre ese camino, o dejes alguna vez mostrarte el sendero de la vida que puedas de nuevo empreder.
ResponderEliminar¿Y si no hay camino, si no necesitamos camino?... solo vivir.
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